Páginas

28 jul 2014

Adicta a humillar

Si yo dijera de mi missma que no me gusta el sexo mentiría, que me gusta precticarlo también, sobre todo si hay un hombre dispuesto a complaacerme casi laas 24 horas del dia, llueva o haga frio, nieve o haga calor.

Pero no soy adicta al sexo, no lo soy a pesar dde haberme paassado laargas temporadas, curiosamente en mi época de universidad, en la que mis deditoss visitaban con ddemasiada frecuencia mi entre pierna.

No quisiera ni dejar caer por asomo que se ha debido a la insatisfación, vamos, no taanto como a mi furor uterino. Lo siento.

Más bien me considero, eso si, adicta a humillar, a la Dominación Femenina.

Me ha gustado siempre ver a un hombre de rodillas frente a mi, desnudo y humillado, verlo con el miembros desnudo, descapullado y vulnerable pero sobre todo erecto, muy erecto, y controlar yo su placer, sus orgasmos, sus eyaculaciones. Cuando no he visto al sumiso así, cuando no he comprobado lo excitado qque puede llegar a ponerse lo he castigado una semana con el aparato de castidad puesto. Es algo que no puedo evitar. No perdono que un pánfilo sumiso a mi servicio tenga un gaatillazo jussto en el momento de mi divertimento y el de mis amigas. Nunca.